Comic: Fell Volumen 1. Feral City

Guion: Warren Ellis
Dibujo: Ben Templesmith 
Editorial: Image Comics (edición original: Fell #1-8, 2005)





¿Ven ese símbolo rojo grandote en la tapa del TP? Lo garabateo el propio Ben Templesmith cuando vino a la última Argentina Comic-Con y no entendí en ese momento porque era. Resulta que la “S” tachada es una marca de protección con la que el detective Richard Fell, protagonista de esta serie, se cruza varias veces al llegar a Snowtown.

Geográficamente hablando, Snowtown es un suburbio de una gran ciudad cruzando un puente, al estilo Brooklyn y Manhattan. Dentro de la ficción craneada por Warren Ellis, capo ingles de la mala leche y las ideas retorcidas, Snowtown es el mismísimo infierno; un lugar donde viven los desgraciados que por alguna razón no pueden irse a vivir al otro lado de ese puente que es mucho más que una frontera física. Y acá llega Fell, un personaje que rompe la mayoría de los estereotipos que suele manejar Ellis: no es inglés, no fuma, empatiza rápido con la gente y sobre todo es sociable y buena onda. Nada que ver con John Constantine, Jenny Sparks o Spider Jerusalem.

Lo que si tiene Fell es una gran capacidad de observación e instinto para oler la fruta podrida, lo que le va a venir de pelo. Porque en Snowtown las pistas y la labor de detective no es tan complicada como imaginar gente capaz de matar y destripar embarazadas, enfermar nenes a propósito o cualquiera de las delicias con las que se cruza el detective en las ocho historias que componen este recopilatorio.

El trabajo de ambos autores es un mecanismo de relojería. Todos los capítulos comienzan y terminan sin ninguna conexión entre ellos, excepto pequeñas migas que Ellis va soltando en el camino, más como un guiño al lector de todos los números que a construir un plot a largo plazo: una huelga de camioneros que desabastece la ciudad, perros salvajes y sobre todo esa siniestra monja con cara de Richard Nixon. 

Por su lado, Templesmith arma todas las páginas en secuencias de 3x3 viñetas, ideal para construir clima en historias que son un 90% diálogos. Esa estricta puesta de página solo se rompe en momentos específicos y en el octavo capítulo, narrado con captions de Fell y solo tres viñetas horizontales por página. El gran trabajo no es solo narrativo; sabe cómo combinar un dibujo de trazo simple con una paleta de colores digitales para lograr un todo expresivo y que transmita una sensación de oscuridad y amargura desoladora. Solo con ver las imágenes ya sé que Snowtown es un lugar al que no me acercaría jamás. Lo único que le puedo criticar a Templesmith son los casi muñones que dibuja por manos, pero van con el resto del estilo.  

Si la serie hubiera seguido más allá del número 9, seguro se indagaba más en porque Fell terminó en Snowtown, pero Ellis perdió su trabajo de varias series ('Fell', 'Newuniversal' y 'Desolation Jones', entre otras) en un accidente con la notebook, Templesmith tuvo problemas de salud y a otra cosa mariposa. Por suerte nos quedan una serie de historias escabrosas pero imposible de no leer por lo gancheras que son. O quizás yo las pude leer gracias a que el sello de Ben me protegió… por las dudas tenga cuidado, querido lector, quizás termine para siempre en Snowtown.

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