Libro: Mister Q. Mentes y serpientes

Autor: Mauro Insaurralde Micelli
Editorial: Thelema



Héroes y villanos tenemos de todos los gustos y colores; siempre se piensa primero en los de Marvel y DC, pero hay un espectro infinito entre medio, en varios rincones del mundo y en todas las épocas, desde lo que sería el nacimiento del género a fines de los años 30. Con tanta variedad, tantos intentos legítimos por hacer un aporte que cambie la historia para siempre y porque no, con tanta especulación por lograr el próximo Batman o Superman, es natural que miles de personajes hayan quedado en el olvido de los comics cancelados, los juicios por derechos, los cierres de editoriales, etc.


En ese cementerio metafórico, lleno de cadáveres de tinta, sin publicaciones desde hace décadas y ya pertenecientes al llamado “dominio público” (o sea que cualquiera puede utilizarlos), es donde el escritor y youtuber correntino Mauro Insaurralde Micelli mete la pala, desentierra un montón de personajes y los junta en un solo universo coherente como si estuvieran ahí desde siempre.


Nathaniel Holstein, alias Mister Q, es un superhéroe venido a menos. Es alcohólico, lo dejó el amor de su vida y sus poderes de hacerse humo se quedan chiquitos al lado de los grandes protectores de la humanidad, como el Poderoso Atlas. Está tranquilo hundido en sus miserias cuando de sopetón lo convocan para detener un motín en la cárcel, ya que el villano a cargo pidió específicamente por él. Desde ese momento Nathaniel se verá envuelto en team-ups con otros héroes como el Vengador Alado (“glorioso” enmascarado pensado por Raúl Rorivo y Alberto Breccia en 1939, casi en simultaneo con el alter ego más conocido de Bruce Wayne) y la Muerte Roja, peleará contra villanos reptiloides y de a poco ira descubriendo un complot de villanos y héroes con el rumbo torcido.


Mauro (me tomó el atrevimiento de tutearlo por los años de amistad en Facebook ¿?) tiene el talento para crear sus propios personajes, como ya mostró en por lo menos otras cuatro novelas publicadas; pero es más fácil vender al lector que estos pintorescos caracteres tienen historias previas y una mitología ya armada cuando si, ¡realmente la tienen! Así que bien por el trucazo, además al ser casi todos de los años 30 y 40, tienen ese aire de oscuridad, misterio y justicia urbana que recuerda más a los pulp que a la ‘Action Comics’. Y en varios casos Mauro toma solo el nombre, modificando tanto las historias que es imposible negar que sean creaciones nuevas.


Ahora la pregunta del millón… tantas cosas propias de las historietas, ¿funcionan en una novela de prosa? Por suerte si y diez puntos. La escritura es dinámica al palo, el desfile continuo de personajes hace que ‘Mister Q…’ se lea en dos sentadas de bondi y Mauro aprovecha al máximo las ventajas de este formato en, por ejemplo, describir los poderes del protagonista. Mister Q puede convertirse en humo y rematerializarse a voluntad… pero ¿qué pasa con su mente cuando todas las partículas de su ser se desarman? ¿Cuáles son los límites de sus habilidades? Todo eso esta explorado al máximo y hace que en ningún momento se resienta la falta de una narración gráfica.


Lo mayor contra que tiene el libro es que venimos al palo con la trama, la cosa se va poniendo cada vez más espesa y de repente… se corta. Bah, no el libro porque recién vamos dos tercios de las páginas, pero si la historia que se daba. El autor pisa el freno, cierra lo que resultó ser una novela corta y el resto son cuentos sobre el Vengador, el Zombie Purpura (y si, cuando les digo que Mauro busco a fondo que personajes usar, ¡es porque lo hizo!), una pseudo-Liga de la Justicia (¡ojo con Silver Streak, el velocista!), aventuras anteriores de Mister Q, etc. Tampoco están mal, ojo, pero me tenías muy cebado, papá, ¡¡dame más!! Incluso sin Mister Q, todo este conglomerado de plots y personajes tiene un potencial enorme para seguir aprovechando.


No menos importante que la prosa en sí, la edición cuenta con ilustraciones a página completa de varios conocidos del mundo comiquero: portada de Facundo Nehuén López, contratapa de Rubén Gauna, Ramiro Guerez Murgia, Christian Andrés Baez y el propio hermano de Mauro, Julián. Es copado que cada uno tiene pautas básicas, pero en esencia, hacen lo que quieren con sus interpretaciones de los trajes. Y al final hay una especie de glosario que recorre las revistas y autores donde nacieron los personajes, ideal para conocer un poquito más, aunque la calidad visual y de impresión de Editorial Thelema no es la mejor para este tipo de obras.


Ojalá Mauro un día decida volver al Word y traernos más aventuras de los héroes y villanos que habitan Green Stones City, yo sin duda lo voy a estar esperando. 

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