Historieta: Colección Nippur de Lagash Volumen 12


Guion: Robin Wood
Dibujo: Ricardo Villagrán y Sergio Mulko
Editorial: Planeta deAgostini (recopila historias publicadas por Editorial Columba en las revistas 'D'Artagnan' y 'Nippur de Lagash-Todo Color' entre diciembre de 1972 y marzo de 1973)

Llegamos a la doceava entrega y un tomo con tres errores certificados ante escribano. Tranquilos los coleccionistas orgullosos de tan lujosa edición, los 'errores' son producto de la desconexión en el día a día editorial de Columba, con guionistas y dibujantes trabajando por separado y sin interacción. También aclaro que para explicar el contexto de los errores voy a spoilear bastante las tramas. Si tienen intenciones de leer este tomo…. ¡¡háganlo ahora, right now, ya!!... ¿Listo? Seguimos.

-Strike 1: En ‘Una codicia color de escombro’ Nippur tiene que lidiar con Nihem, señor de la ciudad de turno (obvio que codicioso y despiadado) y su hija Lenia, seductora y tan avara como el padre. Ambos usan de brazo de batalla para imponer su ley a Amuramin, un viejo conocido del sumerio. La cuestión es que le tienden una trampa a Nippur, lo atan en un calabozo y lo visita Nihem, quien le avisa que lo van a entregar a Luggal-Zaggizi, el gran villano que nunca aparece. Nippur lo llama por el nombre, le tira un speech de que la ambición y la sed de oro serán su perdición, que se las va a pagar, etc. Todo perfecto pero el personaje que dibuja Ricardo Villagrán hablando con Nippur… es Amuramin.
Minhem... con cara de Amuramin

Pensé que el error podía venir por el primer globo de diálogo, que en realidad dijera ‘Amuramin’,  pero no; toda la coherencia de la página apunta a que es Nihem, sobre todo porque Amuramin acata órdenes porque lo calienta Lenia, no por el oro.


-Strike 2: Este ya es de obsesivo, apenas un malentendido en dos viñetas en 'La noche de Dafar' pero que amerita el contexto. Al comienzo Nippur pasa por la casa de unos campesinos, el hijo se le hace el gallito y Nippur le da una lección de humildad en forma de palos y a la bolsa. El texto de Wood aclara que un largo tiempo después, en un pueblo cercano, Nippur conoce a Dafar, una dama gatuna que gusta de los regalos y atenciones de los hombres. Porque ya vieron que es casi siempre así en el mundo de Nippur: las morochas lacias son culebras manipuladoras y las rubias esculturales más buenas y boludas que los pajaritos. Así que Nippur con solo mirarle el pelo ya sabe que no quiere nada y se lo hace saber; al rato llega Karos (el hijo de los campesinos, se ve que no era barato… ¡cuack!) que le profesa devoción total a Dafar, Nippur lo reconoce de lejos y decide que es mejor irse a la mierda. Al salir sucede este cruce verbal:
'Eh,loco,¿a vos que te pico?

En la siguiente viñeta el texto de Wood indica que Karos recién reconoce a Nippur en ese momento:

Así que todo parece indicar que en la primera viñeta es Dafar y no Karos el que dice el diálogo tan histericon.

-Strike 3: Hattusil usa peluca. O al menos eso parece porque en su segunda aparición, en el capítulo ‘Leyenda de los monstruos’ dibujado por Sergio Mulko, el guerrero jorobado que debutó en el tomo anterior (dibujado por Villagrán) aparece calvo, sin su larga cabellera rubia, con argollas en las orejas y diría con algunos años más encima. Me parece que Mulko y Villagrán no compartían notas.
Hattusil por Mulko

Hattusil por Villagrán


Los errores uno y dos son boludeces que no dificultan la lectura aunque hagan algo de ruido; el tercero sin embargo para un lector que leía la D’Artagnan y Nippur-Todo Color mes a mes (o quizás no ambas) podía llegar a pensar que hay dos personajes con el mismo nombre.

Ojo que sacando estos detalles es un gran tomo, por lo cual está bueno marcar cositas puntuales para que no todas las reseñas sean flores. A esta altura de la serie Nippur me sigue pareciendo una gran obra, totalmente merecedora de su prestigio y fama.

Además de los tres capítulos mencionados hay que destacar ‘Cuando canta el pájaro de la mañana’ con una linda vuelta de tuerca y ‘Las flores de la montaña’. Este último es el primer capítulo donde Wood nos cuenta detalles de la infancia y adolescencia de Nippur, que de adolescente además de guerrero parecía cantante de una banda tropical. La historia es excelente en diálogos y pesada en carga dramática.
¡Rombai! Ehh, digo... el joven Nippur

Como siempre el laburo de Villagrán es excepcional. El trabajo del colorista es aceptable (la única pifia son los sectores que se olvida de rellenar con algún color medio al azar y quedan blancos). Pero mi corazón cada día canta más “Mulko, Mulko, que grande sos”: ‘Leyendas…’ es una maravilla de puesta en escena, dibujo anatómico y la última viñeta con el rostro en sombras de Nippur es maravillosa.
Amor total por Mulko

¡Hasta la próxima!

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