Comic: 'Batman. The doom that came to Gotham'



Hacia un buen rato que no comentaba un comic USA en el blog (tengo varias acobachados para tal fin) así que vamos con esta miniserie elseworld protagonizada por el hombre quiróptero favorito de todos. 

¿Qué es un elseworld u ‘Otros Mundos’? Un invento del guionista y editor Mark Waid para contar historias de los personajes de DC totalmente fuera de continuidad, con más libertad creativa y la posibilidad de atraer a autores alejados del mainstream superheroico con un proyecto breve y aislado. Uno de los ejemplos de elseworlds más conocido es ‘Kingdom Come’ del propio Waid y Alex Ross, tan exitoso que llevó a DC y Waid a pensar formas de incorporar a estas historias a la continuidad. Pero eso es otro temaaaaaa….

Lo que nos importa en esta reseña es que en 1989 apareció el primer comic con el sellito elseworld, ‘Gotham by Gaslight’, escrito por Waid y Brian Augustyn, con unos dibujos increíbles de Mike Mignola y en el 2000 el propio Mignola vuelve a escribir una de las ultimas historias con este sello. Formalmente hablando la última es ‘Generations III’ de John Byrne en el 2003, pero me gusta el simbolismo de la conexión Mignola, además de que es de las últimas ediciones en formato Prestige de DC, hoy en día usado solo muy ocasionalmente.

Lo primero que hay que aclarar de ‘The doom that came to Gotham’ es que no se trata de una vacaciones de verano del dictador de Latveria, por muy lindo que hubiera sido eso. En cambio Mignola ubica a Batman/Bruce Wayne y todo su entorno (¡hasta están los tres Robins!) a comienzos de siglo y vincula todo con una historia de claro corte Lovecraftiano. Hay criaturas acuáticas, subterráneas, libros malditos, legados peores aún y por supuesto, un antiquísimo mal milenario ansioso por regresar a nuestro mundo.

En los primeros tomos (o sea dos tercios de toda la trama) Mignola y el coguionista Richard Pace fusionan muy bien las mitologías de Batman y de la obra del escritor H. P. Lovecraft. Como ejemplo, me parece brillante que en sus años formativos como justiciero Wayne haya recorrido el mundo como marinero, lo que lo lleva al rescate de una embarcación perdida en el Ártico (escenario por excelencia de Lovecraft) o que Ra’s al Ghul cumpla el rol de Abdul Alhazred, el ‘árabe loco’ autor del Necronomicon. Me hace un poco de ruido que casi todos los personajes reaccionen igual al ver a Wayne o Batman, como si fuera lo más normal un millonario vestido así, pero tampoco es jodido de aceptar.


Lo complicado llega en el último tramo, cuando Mignola se olvida que estaba escribiendo Batman y usa un guion descartado de ‘Hellboy’, su creación más famosa. Toda la sanata mística que manda con los Wayne y el destino sino de Bruce no pega ni con la Gotita. Ojo, yo no tengo problema con Batman contra Cthulu o Batman en el espacio o lo que sea; mi problema es cuando siento que no es Batman. De hecho el demonio Etrigan, gran personaje de Jack Kirby, aparece en algunas páginas y tiene un rol importante en el desenlace… ¿Por qué no usarlo como protagonista de una y listo? Cerraba mucho mejor. Pero supongo que es más fácil vender algo en tres tomitos lujosos con Batman que con Jason Blood.

Y vamos con el arte, que de Mignola son solo las portadas… y si, el quía en esta época casi no dibujaba interiores, excepto de alguna saga de su propia creaciones. Del resto se ocupa un groso, Troy Nixey, con poca actividad en el mundo del comic y mucha en la animación y el cine. El dibujo de Nixey es delicado, barroco, lleno de detalles. Maneja perfecto el contraste y la narrativa al estilo Mignola y toma lo mejor de Tony Harris para expresiones y diseño de personajes. También me recordó mucho a un groso local, el maestro Jok, de quien reseñe varias obras en este mismo blog.

Si al igual que en mi caso leen esta saga en el tomo de la colección de Salvat-DC (con el título ‘Batman: La maldición que cayó sobre Gotham’), van a tener de extras una historia corta (simple pero con un gran dibujo) de los mismos autores para ‘Batman Black & White’, de la época que DC ponía backups interesantes en los batitítulos. Y también ‘The Demon’ #1 de Jack Kirby que como ‘curiosidad histórica’ garpa un montón pero la verdad que en vez de poner un número que termina en ‘continuara…’ de algo que tiene poco y nada que ver con Batman o Mignola, yo hubiera puesto la ‘Legends of the Dark Knight’ #54, un maravilloso unitario dibujado por Mignola con todas las pilas del mundo. En fin.

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