Guión: Jamie Delano, Rick Veitch y Dean Motter
Dibujo: John Ridway, Rick Veitch, Richard Piers Rayner, Dean Motter, Brian Talbot y David Lloyd
Editorial: DC Comics/Vertigo (originalmente publicado como Hellblazer 1-13, Annual 1, The Horrorist 1-2 y Swamp Thing 76-77)
Dibujo: John Ridway, Rick Veitch, Richard Piers Rayner, Dean Motter, Brian Talbot y David Lloyd
Editorial: DC Comics/Vertigo (originalmente publicado como Hellblazer 1-13, Annual 1, The Horrorist 1-2 y Swamp Thing 76-77)
A John Constantine lo conocí en pleno primer enamoramiento del
comic, esa gloriosa época que salía del secundario, me iba a Av. Cabildo y por unos
pesos me llevaba bocha de tacos de Zinco a casa, de esos que eran reentapados
con cartulina, plásticola y guillotina de revistas que habían salido bocha de
años antes. Un autentico tesoro al alcance de mi mano. Un balazo directo al
cerebro adolescente ávido de viñetas. Empecé con los tacos de “Batman” pero a
medida que me iba cebando más y más con los cuadritos me llevaba cualquier cosa
que pudiera pagar ahorrándome las monedas del bondi y unos cuantos
almuerzos.
Y un día vi un taco que en la tapa tenía un caballero medieval
ilustrado. Ilustrado, no un dibujo como los que venían adentro, esa tapa del
caballero era una puta PINTURA. Me flechó al instante y me lleve el tomo a
casa. No lo pensaba leer al toque pero justo estaba fascinado con “American
Gothic”, esa saga gloriosa escrita por Alan Moore para “Swamp Thing” y ahí
aparecía por primera vez un personaje copado, un rubio ingles muy hijo de puta
que manipulaba al pobre helecho de Swampy para que fuera por todo el país
enfrentando vampiros, zombis, mujeres lobos y miles de bizarreadas más. Pero
todo escrito con una sofisticación increíble, muy lejos de las pelis berretas
de miedo.
Y, ohhh sorpresa, en un correo de esa revista decía que
Constantine (que así se llamaba ese chanta copado) iba a tener una serie propia
llamada “Hellblazer”. Y si señor, eso era el taco que acababa de comprar, ese
de la ilustración increíble en la tapa. Lo agarre al toque…. Y quede bastante
embolado; los guiones eran muy densos, el dibujo me gustaba más que el de
“Swamp Thing” pero tampoco me llamaba mucho la atención y en general me daba la
sensación de que no pasaba nada groso. Y me sentía estafado de que nada
parecido a un caballero o cualquier otra cosa medieval apareciera en las
historias. Creo que lo más me gustó del tomo era un unitario hecho por Neil
Gaiman y Dave McKean. Así que mi relación con Constantine quedo solo en eso.
Los años fueron pasando, mi paladar comiquero se fue afinando y
volví a reencontrarme con el mago fumador compulsivo en una saga excelente
llamada “Hábitos peligrosos” que también editó Zinco. El guionista era otro, el
dibujante también y habían pasado fácil cuarenta números desde aquellos que
había leído hace tanto tiempo. Ahí se reanimó mi relación con Constantine y me
leí bastante de lo que siguió hasta el cierre de la serie (en el numero 300)
pero con muchas intermitencias. Y finalmente DC hace unos años comenzó una
reedición ordenadita en unos TP’s gorditos de toda la serie.
Esta reseña cubre los primeros 2 tomos de dicha reedición, una
excelente oportunidad de leer todo desde el principio aunque tuviera que
fumarme de vuelta esos pesados números del principio.
Y gran sorpresa, gigante diría, esta vez esos capítulos no
me resultaron para nada densos. Si jodidísimos porque el guionista Jamie Delano
se mete con un montón de temas bastante espinosos (SIDA, prostitución, drogas,
la miseria y el hambre, la guerra y los veteranos de Vietnam, etc.) y lo hace
con uñas y dientes, haciendo un análisis psicológico de todos los personajes hasta
desnudarles el alma y todas las miserias con unos captions y diálogos muy
incisivos pero también con una poesía y metáforas muy elaboradas y perversas. A
modo de ejemplo, el cuadrito donde compara las balas con eyaculaciones de plomo
es genial.
A diferencia de “Swamp Thing” o “Sandman” que son títulos que
ahondan más en la naturaleza misma del cielo, el infierno y la magia, “Hellblazer”
es el día a día del misticismo, donde los demonios andan por ahí sueltos pero
no son ni de lejos más peligrosos que la propia naturaleza humana, cruel y egoísta.
En los primeros doce números, Delano
desarrolla una saga compleja, larga pero contada casi toda en unitarios, donde
mete consecuencias de American Gothic, a Swamp Thing y sectas religiosas, todo
muy acorde con el “titulo madre”, pero también a la turbulenta época que
atravesaba el Reino Unido en esos años: el caos económico en plana era Thatcher,
el surgimiento del HIV y básicamente todo el desencanto de una generación
representada por Constantine, los amigos que van cayendo como moscas y por el
propio Delano, integrante de la camada de guionista ingleses que a fines de los
80’s revolucionaron al comic yanqui.
Todo esa “flema británica” se respira en cada página del
comic y es fundamental para el clima y lo que cuenta Delano; es lo que asienta
a la historia en el mundo real, bien lejos del resto del Universo DC y al ser
tan creíble resulta mucho más inquietante y terrorífico. Por momentos en el
guión manda cosas medias fruteras como ese ciberespacio en que entran John y un
amigo para pelear contra el demonio Nergal pero en general las historias de
Delano te quedan dando vuelta en el bocho un buen tiempo después de leerlas,
pensando en todas las connotaciones y sátiras apenas sutiles que tienen. El capítulo
de los demonios bursátiles es una genialidad.
Y más allá de la
calidad de los guiones, esta primer saga es fundamental para todo el resto de
la serie por la gran cantidad de elementos que incorpora a la mitología y que
sirvieron de “biblia” a todos los escritores siguientes: Chas, Papa Midnite, Nergal
(con su donación de sangre a John) y sobre todo el flashback a Newcastle. Si,
ese puto acontecimiento que marcó la vida de John para siempre y que en la
serie de TV lo mencionan cientos de veces pero nunca lo mostraron, esta contado
con lujo de detalles en la "Hellblazer" 11. Y si, es una historia jodida.
Como mencione antes estos nuevos TP’s vienen con unos
cuantos extras que se habían publicado por fuera de la serie. En el primer
volumen están las “Swamp Thing” 76 y 77, ambas escritas y dibujadas por Rick
Veitch. La primera es una especie de crossover encubierto entre los dos títulos.
Da una visión más global de porque el
Elemental de la Tierra venia apareciendo en algunas viñetas de “Hellblazer”
pero también puede resultar un poco confusa porque arrastra plots de la serie
de Swampy. Digamos que la inclusión en el tomo esta buena pero no era
imprescindible. Lo que no comparto para nada es que hayan puesto también la segunda,
incluida solo porque aparece John pero que en realidad transcurre mucho más
adelante en el tiempo. O sea que es una historia que rompe las pelotas en el
fluir de la lectura con respecto a lo que venía contando Delano y que ni
siquiera es muy brillante, es más que nada un amague de trío amoroso entre Swampy,
John y Abigail que parece más digno de una telenovela de la tarde que del título
fundador del sello Vertigo. Quizás cuando vuelva a leer algún día estos mismos
dos números en los TP’s de Veitch me parezcan mejores. Pero leídos así, sin
contexto, son un “mmmmmm” gigantesco.
El segundo tomo, ya con el final de la saga de Nergal, se
luce mucho más en los extras. Para empezar esta el primer anual, que no solo es
una gran historia escrita por Delano y dibujada por el genial Bryan Talbot…. ¡¡es
la puta historia que tiene a Constantine como un caballero en la portada y que
tanto me había enganchado en el tomo de Zinco!! Ojo, sigue siendo medio engaña
pichanga esa tapa porque lo único medieval que te cuentan es de un antepasado
de John (o quizás un sueño, el guión no lo aclara y así está muy bien) en los
tiempos en que las islas británicas empezaron a dejar el paganismo de lado y
adoptar el cristianismo pero bue, vaya y pase. Lo importante es que es una historia
muy cruda, llena de gore y escenas sórdidas pero al mismo tiempo muy lirica y
sentimental con un Constantine en el presente reflexionando sobre los sueños y
los ideales mientras su país se mete en una guerra por unas islas, quizás eso les
suene de algún lado. Esta historia es el perfecto ejemplo de lo fundamental que
es para este personaje su entorno y creo que uno de los grandes fallos de la
reciente serie de TV fue que transcurriera en USA y no en Inglaterra.
El anual se completa
con una canción escrita e ilustrada por Dean Motter que representa un videoclip
de “Mucous Membrane”, la banda punk que tuvo John en su juventud. Otro pilar de
mitología construido por Delano.
Y terminando con los extras, también está incluida la
miniserie prestige “The Horrorist”, una pequeña saga escrita por Delano
bastante tiempo después que ya se había ido de la serie. No está mal, el guionista
mantiene el buen nivel para perturbar al lector y el argumento es una buena
road movie donde John persigue a una chica africana que hace que los peores
miedos y recuerdos de las personas se manifiesten en el mundo real. Lo que no
me cierra es el final, es raro, apresurado, no sé… me dejo con ganas de alguna
otra vuelta. Y también me hace ruido la onda de este Constantine más viejo y
amargo con respecto al (ligeramente) más optimista y joven que leí unas páginas
atrás. Pero supongo que como el tomo era una reedición de pocas páginas y todo
es material del mismo guionista este era el mejor lugar donde incluirlo. Además
cualquier falla de guión “The Horrorist” la compensa con los espectaculares
dibujos de David Lloyd, el genio de “V for Vendetta”
Uh, me colgué con el guión y me olvide de los dos dibujantes
principales. Los primeros nueve capítulos de “Hellblazer” fueron muy bien
dibujados por John Ridway, un artista muy detallista, con muchas líneas de
expresión en todos los rostros. Lo que más le puedo criticar es que tiene una
composición de página media rara; varias veces venía leyendo una página y de
repente me sonaba rara la secuencia y ahí recién notaba que una esquinita de un
cuadrito anterior continuaba en otra página, haciendo una lectura continua a
doble página. Bastante incomodo.
Para el numero 10 Ridway se va (aparentemente muy incomodo
por los guiones de Delano) y el reemplazo, Richard Piers Rayner, no termina de convencerme; me parece muy loco,
muy experimental (pero en el sentido inexperto, no en el sentido artístico) y
bocha de personajes parecen tener estrabismo. Igual los guiones acompañan y el
capitulo de John en la playa en una secuencia muuuuy fumada queda bastante bien
con este estilo de dibujo.
Un detalle curioso es que el look de Constantine va
evolucionando mucho en estos primeros números, empezando por el semiclon de
Sting que era en “Swamp Thing” hasta el sobretodo amarillo que recién en los números
de Rayner empieza a usar con frecuencia. ¡¡Al principio hasta tiene piercings!!
La verdad que fue todo un gusto leer nuevamente estos números,
varios años después y con un poco más de apertura mental después de años de
Vertigo, lo que ayudo a que los disfrute mucho más que la primera vez. Ojala la
serie de TV de Constantine sea retomada por un canal más predispuesto a seguir
la onda del comic original y sobre todo, ojala un día Constantine pueda volver
a Vertigo o al menos encontrar un buen equipo de autores que le devuelvan la
gloría que hoy en día tiene medio diluida. Mientras tanto yo voy a seguir
disfrutando de “Hellblazer” a lo loco
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