Historieta: Colección Nippur de Lagash Volumen 11



Guion: Robin Wood
Dibujo: Ricardo Villagrán y Sergio Mulko

Editorial: Planeta deAgostini (edición original: revistas 'D'Artagnan' y 'Nippur de Lagash-Todo Color', editorial Columba, noviembre 1972 a febrero 1973)



Llegamos a la entrega 11 donde debutan dos personajes con mucho peso en futuras historias.

Primero Karien, la guerrera amazona de rojos cabellos (¡bien el colorista que respeta el guion!) que presumo que es importante por un adelanto en ese bendito cuadernillo de la primera entrega… si, si, el mismo que decía que Nippur termina tu****. El capítulo, llamado literalmente ‘Karien, en lo alto de las montañas’ presenta a la susodicha como una especie de Red Sonya mesopotámica, fuerte y totalmente independiente… hasta la llegada de Nippur, por supuesto, especialista en convertir mujeres valerosas en adolescentes enamoradas. Al menos esta vez no aplica su filosofía de ‘pegar hasta que se calme y todo bien’.


En este capítulo también hay una mención a Hipólita, reina de las amazonas, y Teseo, gran amigo de Nippur. No recordaba nada así previamente y claro, Wood lo va a explicar dentro de dos tomos. Otro ejemplo de continuidad y el debut de otro personaje importante es ‘Hattusil’, nombre de un gigantesco guerrero jorobado que busca ajustar cuentas con Nippur por la muerte de Athon, nombre que les sonara de la reseña del tomo anterior. En este caso banco como Robin Wood mete referencias a sucesos anteriores y construye un tapiz cronológico coherente. Y ojo con Hattusil que escapa de la mufa habitual de Nippur de ser el deforme con buena alma y palmar al final.


‘Los niños que cabalgan en las estrellas’ es uno de esos capítulos hermosos donde Nippur le da la mano y no un bife (bah, alguno sí) a un tipo en la depresión total y lo guía por un camino de redención. También hay unos cuantos chistes y momentos cómicos. Lo que viene bien después de dos capítulos dibujados por Sergio Mulko que son para pegarse un corchazo de lo depresivos: ‘Un bosque con árboles de amor y muerte’ va por un lado que no me esperaba y con golpe bajo mal. Y de ‘La ciudad’ solo puedo decir que es un capitulo pesadillesco, lleno de momentos angustiantes y fantasmales. No todo son cantos de pájaros lo que acompaña al buen sumerio por los caminos, también le tocan situaciones como esta que lo enfrentan con todo su trágico pasado.


Cierra el tomo ‘Las flores de la muerte’, uno de esos capítulos que presentan antagonistas sádicos a más no poder, con exceso de poder y confianza en que van a poder con el Errante.


El arte sigue dividido entre Ricardo Villagrán y Mulko, cada uno con un estilo clásico pero personal, impecable.


¡Hasta la próxima!

Comentarios