Historieta: Colección Nippur de Lagash Volumen 10


Guion: Robin Wood 
Dibujo: Ricardo Villagrán y Sergio Mulko
Editorial: Planeta deAgostini (historias originalmente publicadas por Editorial Columba en las revista D'Artagnan y Nippur Todo Color entre agosto y noviembre de 1972)


La memoria a veces hace malas pasadas y con dos tomos esperando reseña y uno siendo leído en este momento no recordaba este tomo 10 como importante o que pasara algo destacable. Graveeeeeeee error.
Hay un solo capitulo (‘Los fabulosos jinetes de la tormenta’) que me resulto reiterativo (¿¿Otra vez Nippur capturado por piratas esclavistas y arrastrado a un barco??) y rebuscado en la resolución, implicando que el sumerio tiene una línea telefónica directa con los dioses para pedir soluciones Deux Ex Machina cuando la situación lo requiere. En fin.

El resto de los capítulos son impactantes en especial por el tipo de basuras codiciosas, rastreras y abusadoras del poder sobre los más débiles a las que se enfrenta Nippur. Solo en ‘El enemigo de los dioses’ ponele que el antagonista, Athon, genera no empatía pero si una necesidad de comprender porque hace lo que hace. Los demás son mal paridos desde la cuna.

Dentro de tanta yerba mala vale destacar a ‘la maldita’, la joven que nunca se dice su nombre pero provoca suspiros y pasiones desmedidas entre los hombres del desierto en ‘Un caballo muerto es un augurio’. Más allá de ser un capitulo culturalmente misógino, la resolución es interesante por cómo presenta Wood el crescendo dramático a lo largo de las 16 páginas que dura. Tanto este capítulo como ‘Hazarham, el de los pájaros’ son de esos donde Nippur va casi de secundario, de escucha de las tragedias ajenas y poco participe en la resolución de los conflictos, un tipo de historias que me resultan gancheras.

‘En Muna’ es un capitulo muy divertido donde Nippur se pasea por la ciudad del título como si fuera su casa (si tuviera una, obvio) sembrando discordia y bardo entre los villanos de la historia.

Y finalmente ‘La lluvia sobre una espada’ es un episodio ideal para tirárselo en la cara a todos los que repiten como un loro que Wood pone en palabras lo mismo que muestra el dibujo. Solo hay que ver esas dos soberbias páginas mudas de Sergio Mulko para ver que el paraguayo cada vez controla más y más la extensión y sobre todo la aplicación de los textos, usándolo como medio poético o reflexivo cuando no alcanzan los diálogos.

Ricardo Villagrán y Mulko ultra compenetrados y efectivos como siempre, con un colorista anónimo haciendo lo que puede en los capítulos de Villagrán, aunque siendo justos en ‘En Muna’ le pone bastantes pilas.

¡Hasta la próxima!

Comentarios